Sinópsis
Violín y otras cuestiones (1956).
Publicado con el sello de Gleizer, que treinta años antes había
editado algunos de los primeros libros de Macedonio Fernández, Jorge
Luis Borges y Raúl González Tuñón, llevaba precisamente un prólogo
de Tuñón, una decisiva influencia en aquel primer Gelman, junto con el
peruano César Vallejo. De Tuñón parecen provenir la atención hacia
la ciudad, la preocupación política y un lirismo intenso que carga de
matices mágicos la realidad cotidiana, y de Vallejo, la aptitud para
arraigar la escritura poética en la fuerza y la soltura de la lengua
hablada, librándola de solemnidades y exquisitismos. Por los caminos
que abre, tanto en la temática como en la actitud espiritual y en el
trabajo con el lenguaje, Violín y otras cuestiones puede considerarse
el inicio de toda una corriente de la poesía argentina, que en su
momento fue identificada con la "generación del 60".
Edición recomendada
Título: Otromundo. Antología 1956-2007
Nº de páginas: 248 págs
Editorial: Fondo Cultura Económica
Lengua: Castellana
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788437506
Año edicón: 2007
Plaza de edición: México
Título: Otromundo. Antología 1956-2007
Nº de páginas: 248 págs
Editorial: Fondo Cultura Económica
Lengua: Castellana
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788437506
Año edicón: 2007
Plaza de edición: México
El autor
Juan Gelman Burichson. (Buenos Aires, 3 de mayo de 1930). Poeta,
traductor y periodista argentino, está considerado como el poeta más
importante de su generación.
Hijo de emigrantes judíos ucranios, ejerce diversos oficios antes de
dedicarse al periodismo. Por su actividad periodística y política vive
en el exilio entre 1975 y 1988, residiendo alternativamente en Roma,
Madrid, Managua, París, Nueva York y México. Durante su ausencia de
Argentina llega a estar condenado a muerte por la dictadura argentina;
sufre muy de cerca el drama de los "desaparecidos" cuando su hijo y su
nuera pasan a formar parte de esta dolorosa lista.
En su juventud colabora en el periódico Rojo y negro. Es uno de los fundadores del grupo de poetas "El pan duro" y es también secretario de redacción de Crisis, director del suplemento cultural de La Opinión y jefe de redacción de Noticias. También ejerce como traductor en la UNESCO. Desde 2007 colabora con el periódico de Buenos Aires, Página 1/2.
Poeta adscrito al realismo crítico, consigue un estilo particular
partiendo de un realismo crítico y del intimismo. Son constantes en su
poesía la presencia de la cotidianeidad, el tono político, la denuncia y
la indignación ante la injusticia.
De su producción poética conviene destacar Violín y otras cuestiones, El juego en que andamos, Velorio del solo, Gotán, Sefiní o Cólera Buey, así como Los poemas de Sidney West, Traducciones, Fábulas, Relaciones, Hechos y relaciones o Si tan dulcemente. Escribe Exilio en colaboración con el periodista argentino Osvaldo Bayer; otras de sus obras son Citas y comentarios, Hacia el sur, Composiciones, Carta a mi madre y País que fue será.
La antología Pesar todo es galardonada con el premio de
poesía José Lezama Lima, que concede la Casa de las Américas cubana. En
2005 publica una nueva antología, Oficio ardiente, que reúne poemas publicados a lo largo de casi cincuenta años y algunos otros inéditos.
En el ámbito musical escribe dos óperas, La trampera general y La bicicleta de la muerte,El gallo cantor y Suertes, y varios LP. dos cantatas,
A lo largo de su vida recibe numerosos galardones, entre los que
destacan el Premio Nacional de Poesía en 1997 y el Premio Reina Sofía de
Poesía Iberoamericana en 2005; además tiene el título de ciudadano
ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
En 2007 obtiene el Premio Cervantes, considerado el galardón más
importante de las letras hispánicas, y dos años después la Asociación de
Poetas Chinos le otorga el Premio Antílope Tibetano.
Reseña de Horacio Amigorena en Gaceta Literaria N° 10, Buenos Aires, 1967.
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Después de una
circunstancia literaria -la llamada del 40 que interpretamos con base en un común
fracaso, ha llegado a nuestras letras un grupo de hombres dados a interrogar lo
argentino en toda su desnudez y violencia, y en una actitud insospechable de
cualquier otro compromiso que los impuestos por las exigencias de esa realidad.
La intuición poética, que precede en sus
descubrimientos a la novelística y a la sociología, tiene en estos jóvenes
una especial penetración: desde un planteamiento social al que obliga la
realidad comunitaria, pretende captar la esencia vital del hombre argentino. Y a
veces lo consiguen. Así lo testimonia el libro de Juan Gelman Violín y otras
cuestiones.
No sé si Gelman se habrá propuesto alguna vez
ser un poeta porteño, desentrañar este laberinto ciudadano tan retóricamente
ennegrecido por poetas y ensayistas, para captarlo en lo que tiene de distinto.
De cualquier manera lo consigue en una poesía civil de dramática tensión que
conjuga a ritmo ya doliente, ya transidamente alegre de su "Trajín, ciudad
y tarde buenos aires".
Todo que hacer poético supone una construcción
de mundo: sobre el mundo dado estructura el poeta otro mundo a la medida de su
desesperación y esperanza. Gelman lo integra con elementos de cercanía
cotidiana, pero se lanza hacia horizontes más lejanos, quizá para no perecer
en el juego existencial del hombre y el fluir de las cosas. Diríamos que pone
alas a sus cosas, si las alas no estuvieran tan desprestigiadas en la lírica.
La ciudad parece pegarle a cada vuelta de
esquina a un Juan empleado, compañero, padre y vecino del hombre, que pertrecha
su ternura de crepúsculos y pájaros para “no ser fantasma”. En Buenos
Aires se respira la irrealización por todos los poros de su geografía y el
poeta puede sólo salvarse en la realización de su ser primordial a través de
una poesía que actualice ritualmente ese ser, descubriendo -en este caso- el
escondido dinamismo que guarda la ciudad.
Así, Gelman desde los primeros poemas del
libro se asoma por la transparente mirada del niño fundamental que en
definitiva es. Tienen estos primeros poemas un auténtico intimismo de deambular
solitario y tarde porteña.
Juan habrá querido tener en su infancia soñadora
un violín, porque es la melodía de este violín que quizá nunca llegó a sus
manos el eco melancólico de un caminar que a cada paso tropieza con el asombro.
Melodía conseguida armónicamente en poemas como El caballo de la calesita, que
en su girar -o sea, su contar - dibuja el perfil de Buenos Aires en vivo
contrapunto de luces y sombras, creando el ámbito mágico que mejor conviene a
la espontaneidad de lo vivo.
Una nota rara a la poesía actual da la tónica
de Gelman: su pureza, que consiste en un modo inocente de interrogar a las
cosas, a los hombres y a los hechos. Juan se pregunta asombrado por los dolores
del hombre, de un hombre concretamente vivo, por sus mínimas penas que sin
embargo lo desnudan de cuerpo entero. Es la suya una pregunta casi última que sólo
espera la respuesta de fondo. Y cuando Gelman se responde comprendiendo la
problemática existencial por el sentido, hace una poesía hermanente, de una adánica
alegría que vence raigalmente toda angustia y congoja. Pero en otros poemas se
responde por las causas de esa problemática, ya nuestro entender pierden estos
versos la calidez que trasmite su mundo poético cuando está informado por el
diario latir de sus cosas más cercanas.
Agregamos que es Gelman autor de un feliz
hallazgo: unos versos desde siempre perennes en todo poeta y que seguramente los
habrá recogido de algún rincón triste y cordial de su alma. No nos
resignarnos a callarlos: "¡Quién pudiera agarrarte por la cola
magiafantasmanieblapoesía! ¡Acostarse contigo una vez sola y después enterrar
esta manía! ¡Quién pudiera agarrarte por la cola!" .
Poesía seleccionada
Estoy sentado como un inválido en el desierto de mi deseo de tíMe he acostumbrado a beber la noche lentamente, porque séque la habitas, no importa dónde, poblándola de sueños.
El viento de la noche abate las estrellas temblorosas en mis manos,
que aun no se conforman, viudas inconsolables de tu pelo.
En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste y a
veces les daría la libertad que exigen para volver a tí, con el
helado filo del cuchillo.
Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en mí,
que si me muero a tí te moriría.
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