domingo, 30 de octubre de 2011

15. Soldados de Salamina. Javier Cercas

Sinópsis

En los últimos meses de la Guerra Civil española, un miliciano anónimo perdona la vida a un prófugo Sánchez Mazas, escritor e ideólogo falangista.
Un joven periodista topa por casualidad con una historia fascinante de la Guerra Civil española, y se propone reconstruirla. Cuando las tropas republicanas se retiran hacia la frontera francesa, camino del exilio, deciden fusilar a un grupo de presos franquistas, entre los que se encuentra Rafael Sánchez Mazas, fundador e ideólogo de Falange. En la confusión, Sánchez Mazas logra huir del fusilamiento colectivo, y logrará vivir emboscado hasta el final de la guerra, protegido por un grupo de campesinos de la región, aunque siempre recordará al miliciano de extraña mirada que, tras descubrirlo y encañonarlo, no lo delató. El narrador se propone desentrañar el secreto del enigmático Sánchez-Mazas, de su asombrosa aventura de guerra, pero sólo para acabar descubriendo, en un quiebro inesperado, que el significado de esta historia se encuentra donde menos podía esperarlo, «porque uno no encuentra lo que busca, sino lo que la realidad le entrega».




Edición recomendada 
Nº de páginas: 216 págs. 
Editorial: Tusquets
Lengua: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo 
ISBN: 9788483835012 
Año edicón: 2007 
Plaza de edición: Barcelona


El autor

Javier Cercas nació en Ibahernando (Cáceres) en 1962. Doctorado en Filología Hispánica, trabajó durante dos años en la Universidad de Illinois y en la actualidad es profesor de literatura española en la universidad de Gerona y columnista de El País. Es autor de cinco novelas, El móvil (1987, luego 2003), El inquilino (1989), El vientre de la ballena (1997), Soldados de Salamina (2001) y La velocidad de la luz (2005) que, traducidas en más de veinte países, lo han consagrado como el autor español de mayor proyección de la literatura española reciente y uno de los novelistas europeos más destacados de la actualidad.
oldados de Salamina, aclamada internacionalmente como una de las grandes novelas de los últimos tiempos, convocó, en un éxito sin precedentes, el aplauso de los lectoress (Premio Qué Leer, Premio Crisol), los libreros (Premil Llibreter, Premio Librería Cálamo), los escritores (Premio Salambó) y los críticos (The Independent Foreign Fiction Prize en Reino Unido, Premio Grizane Cavour en Italia, Premio de la Crítica de Chile, Premi Ciutat de Barcelona, Premio Ciudad de Cartagena, Premio Extremadura). Escritores como Mario Vargas Llosa, J. M. Coetzee, Doris Lessing o Susan Sontag han escrito con entusiasmo sobre esta obra, que, al decir de George Steiner, "debería convertirse en un clásico". Su adaptación cinematográfica corrió a cargo de David Trueba.
La velocidad de la luz vino a revalidar el éxito de su obra precedente y, elegido libro del año por La Vanguardia y Qué Leer, ha merecido el premio Arzobisp0 Juan de San Clemente, el Cartelera Turia y el Athens Prize for Literature.
Javier Cercas también ha escrito tres libros de artículos, crónicas y ensayos: Una buena temporada (1998), Relatos reales (2000) y La verdad de Agamenón (2006).


Entrevista a Javier Cercas a propósito de la obra

Entrevista de César Güemer · La Jornada, 1 de Julio de 2003
el escritor javier cercas prende fuego a su Nobel, la marca de cigarrillos que fuma. Viene casi del aeropuerto, de Italia, estará en la ciudad de México un par de días, volará a Tijuana y de ahí de nuevo a Europa para cumplir con sus cada vez más numerosos compromisos. Para ser uno de los autores más leídos en España, con una decena de premios por Soldados de Salamina y con una obra traducida a 13 idiomas, se toma las cosas con absoluta calma: ''Si ya no publico más, no pasa nada, me lo agradecerán los árboles de la Amazonia".
Da una calada al cigarro, toma un trago de agua, se dispone a responder no sin antes preguntar sobre lo más reciente que ocurre en México, como la extradición de Sérpico, y sentencia sin dogmatismo: ''Todos llevamos un Cavallo dentro". Este miércoles a las 19 horas estará junto con Elena Poniatowska y Germán Dehesa en el Centro Cultural de España (Guatemala 18, Centro Histórico), a fin de presentar Soldados de Salamina.
Nacido en Cáceres en 1962, Cercas escribió Relatos reales, El inquilino y El vientre de la ballena antes de que Soldados de Salamina lo sacara de lleno de su vida de catedrático. Al pasado, sobre el que se ocupa en la ya célebre novela, es necesario pasarlo a examen. Explica: ''El proceso que ha seguido España es peculiar y el país no es muy consciente de ello. A la muerte de Franco lo que todo el mundo esperaba era una guerra. El desafío era pasar, sin ese conflicto, de la dictadura a la democracia. La transición consistió en un pacto mediante el cual no se pedían cuentas a nadie. De esa forma todos miraban hacia delante con la idea de ser europeos y construir en paz a la nación. Pero esto me parece muy mal porque era necesario hacer cuentas y determinar qué había sucedido. Sin embargo, el método funcionó aunque a un costo muy alto: el olvido. Mientras la población buscó a toda costa ser posmoderna nunca resolvió su pasado inmediato".
-En el caso de Soldados de Salamina ocurre lo opuesto: el pasado actúa en el presente y prueba de ello es la cantidad de lectores que ha generado.
-Cuando apareció la novela me comentaron en la editorial que cuando mucho iba a ser leída sólo por 5 mil personas, todas mayores de 60 años. La realidad ha sido distinta y la sorpresa es que la novela es leída sobre todo por los jóvenes. Me parece claro que hay un nuevo interés por conocer lo que hemos sido. Hoy que ya no estamos hipotecados por lo que sucedió antes podemos asumir que algunos de nuestros antepasados fueron fascistas: es una dura realidad, pero no puede ignorarse como si no hubiera existido. Si hablo de asimilar al pasado lo incluyo todo: ahí está comprendido el hecho de que los republicanos cometieron atrocidades, lo mismo que el Partido Comunista, y que hubo un descontrol generalizado al inicio de la Guerra Civil. Eso no significa decir, como señala la moda de la derecha, que todos eran iguales. En términos históricos no hay duda de que hubo un golpe de Estado fascista contra un régimen elegido democráticamente. Ahora bien, hace falta señalar que tanto los llamados buenos como los llamados malos eran humanos. En la novela busqué entender a un fascista, ponerme en su piel y saber por qué actuó de cierta manera.
-Es una posición que costará lo suyo mantener.
-Es la posición de un escritor que busca entender y la mantendré aunque en Alemania alguien me llamó revisionista. Para mí es una obligación desentrañar por qué un país como Alemania, tan culto y refinado, de repente se convirtió en un infierno colectivo. No basta con decir que Hitler era un loco, sino que es indispensable entenderlo. Hay que saber por qué una persona común y corriente como mi abuelo se hizo fascista y por qué Hitler era la moda en su momento. Además, entenderlo sin prejuicios para de verdad no repetirlo. Por eso no vale el olvido ni la venda en los ojos. En Soldados de Salamina pretendí comprender y no juzgar, busqué humanizar al monstruo, porque el malvado no es un monstruo sino un hombre que un buen día comete una atrocidad.
-Parece que ésa es la condición humana.
-Desde luego, lo raro entre nosotros es la bondad. Si no hubiera ciertas reglas, todos acabaríamos siendo Cavallos. Nadie lleva dentro un San Francisco de Asís, nadie. Alguien logra parecérsele a partir de esfuerzo, pero la naturaleza humana tiende al mal. Cuando era muy joven leí una frase de Gide que decía: ''Con los buenos sentimientos no se puede hacer buena literatura, lo interesante es el mal". Para mí eso es como la Biblia y hoy entiendo que lo habitual en la vida cotidiana es el mal; el bien es el milagro, lo misterioso y lo enigmático.er lectores es un hecho casi perfecto.
-Además de los viajes de promoción de la novela o de su trato con los medios, ¿qué le cambió el buen recibimiento de Soldados de Salamina?
-Me gustaría responder que nada, pero no es cierto, la realidad es que muchas personas esperan mi próximo libro para cortarme literariamente el cuello y algunos más para leerme. He trabajado toda mi vida en la universidad, apenas tenía contacto con los círculos literarios, conocía sólo a dos o tres escritores y escribía porque no era capaz de hacer otra cosa.
''Giorgio Manganelli decía escribir porque no sabía atarse las agujetas de los zapatos. Eso mismo me sucede: no soy arquitecto ni fotógrafo. Si no escribiera quizá habría sido un asesino en serie. Jamás pensé en el reconocimiento, nunca participé en un premio literario. Tener lectores es un hecho maravilloso, casi perfecto. Existe la presión, claro, ¿pero qué voy a hacer?''
-¿Qué hace?
-Escribo igual que siempre, si decepciono a quienes esperan un libro mío parecido a Soldados de Salamina, pues ni hablar. No voy a complacer a todo el mundo. El deber conmigo mismo es escribir de manera distinta siempre, porque de otra manera no hay progreso.

sábado, 29 de octubre de 2011

14. Azul. Rubén Darío

Sinópsis
En esta obra fundamental para el desarrollo de la corriente modernista en el ámbito de las letras hispanas Darío aportó una nueva sensibilidad y una diferente concepción del arte, al tiempo que demostraba una extraordinaria capacidad para apropiarse y transformar en sustancia propia las influencias más variadas. Animada por una decidida voluntad de renovar la poesía castellana del momento, Azul…, que inició la renovación modernista que había de culminar en «Prosas profanas» (L 5325) y «Cantos de vida y esperanza» (L 5332), tuvo una rápida repercusión en los países de habla hispana y supuso un fortísimo estímulo para los escritores de la segunda generación del modernismo hispanoamericano. A cargo de Arturo Ramoneda, la presente edición incorpora textos que figuran en la primera de la obra (Valparaíso, 1888) pero que se suprimieron en las posteriores, así como los textos, en español y en francés, que Darío añadió en la segunda (Guatemala, 1890). Se completa además con un apéndice y una completa y esclarecedora introducción. 



Edición Recomendada 
Nº de páginas: 586 págs. 
Editorial: Universidad de Alcalá de Henarés
Lengua: Castellana
Encuadernación: Tapa blanda 
ISBN: 9788481387872 
Año edicón: 2008 
Plaza de edición: Alcalá de Henares


El autor
Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío, Poeta, periodista y diplomático.Considerado por muchos eruditos como el Príncipe de las letras castellanas. Es el más sobresaliente de los poetas nicaragüenses. Nació en Metapa, hoy Ciudad Darío, en Matagalpa, Nicaragua el 18 de enero de 1867. A la edad de 14 años su abuela lo llevó a Managua, donde pronto se le conoció como erudito, escritor, y artista prodigio, que poseía una superdotada memoria, gozaba de una creatividad y retentiva genial. Era sólo un adolescente cuando ya leía a los poetas franceses, y era invitado a recitar poesía.A la edad de doce años, publicó sus primeros poemas "La Fé", "Una Lagrima" y "El Desengaño".
Como diplomático, viajó por Europa y América en calidad de cónsul y embajador de su país. Permaneció largas temporadas en Buenos Aires, París y Palma de Mallorca.
Trabajó en la Biblioteca Nacional de Managua; donde estudió las nuevas corrientes poéticas europeas. Llegó a Santiago de Chile en 1886, lugar donde consolidó su cultura literaria.
En 1887 publicó tres libros de poemas "Abrojos", "Canto épico a las glorias de Chile" y "Rimas". Al año siguiente, saldría a la luz "Azul...". Todas estas obras, sentarían las bases del modernismo y llamarían la atención de todas las críticas, especialmente del escritor español Juan Valera y del uruguayo José Enrique Rodó. Regresó a Nicaragua y se casó en 1891 con Rafaela Contreras, quien moriría 2 años más tarde después de tener su primer hijo.
A Rúben Dario se le reconoce como jefe de filas del movimiento modernista, y Padre del modernismo por sus contemporáneos los más prestigiosos escritores de España e Ibero América.Rubén Darío, hito de la literatura en la lengua española, favoreció el encuentro entre la literatura en español de ambos lados del Atlántico. Junto a Gustavo Adolfo Bécquer inició la recuperación de la poesía española que acabaría en la generación del 27 y daría figuras como Juan Ramón Jiménez.



Poesía seleccionada 
Pensamiento de otoño
 
Huye el año a su término
Como arroyo que pasa,
Llevando del poniente
Luz fugitiva y pálida.
Y así como el del pájaro
Que triste tiende el ala,
El vuelo del recuerdo
Que al espacio se lanza
Languidece en lo inmenso
Del azul por do vaga.
Huye el año a su término
Como arroyo que pasa.

Un algo de alma aún yerra
Por los cálices muertos
De las tardes volúbiles
Y los rosales trémulos.
Y, de luces lejanas
Al hondo firmamento,
En alas del perfume
Aún se remonta un sueño.
Un algo de alma aún yerra
Por los cálices muertos.

Canción de despedida
Fingen las fuentes túrbidas.
Si te place, amor mío,
Volvamos a la ruta
Que allá en la primavera
Ambos, las manos juntas,
Seguimos, embriagados
De amor y de ternura,
Por los gratos senderos
Do sus ramas columpian
Olientes avenidas
Que las flores perfuman.
Canción de despedida
Fingen las fuentes turbias.

Un cántico de amores
Brota mi pecho ardiente
Que eterno abril fecundo
De juventud florece.
¡Qué mueran, en buen hora,
Los bellos días! Llegue
Otra vez el invierno;
Renazca áspero y fuerte.
Del viento entre el quejido,
Cual mágico himno alegre,
Un cántico de amores
Brota mi pecho ardiente.

Un cántico de amores
A tu sacra beldad,
¡Mujer, eterno estío,
Primavera inmortal!
Hermana del ígneo astro
Que por la inmensidad
En toda estación vierte
Fecundo, sin cesar,
De su luz esplendente
El dorado raudal.
Un cántico de amores
A tu sacra beldad,
¡Mujer, eterno estío
Primavera inmortal!




13. Las lanzas coloradas. Arturo Uslar Pietri

Sinópsis
La novela tiene por contexto la guerra de independencia en lo que fuera la Capitanía General de Venezuela. En la breve extensión de la novela se condensa una variedad de personajes de distinta condición, destacando entre ellos el hacendado Fernando Fonta, joven soñador y de escaso temple, seducido por el idealismo de la causa independentista; y su brutal capataz, Presentación Campos, mulato fuerte, bravucón y de imponente presencia; ávido de acción y de gloria guerrera, Campos solivianta a los esclavos que dirige, destruye la hacienda y se pliega al ejército del general Boves, jefe realista famoso por su crueldad. Mientras Campos va en busca de la guerra y disfruta de sus atrocidades, el hacendado la padece. En compañía muy diversa –Fonta con sus dos amigos, uno de ellos un oficial inglés, Campos a la cabeza de los esclavos sublevados-, guiados por motivos contrapuestos, recorren ambos los amplios llanos venezolanos hasta toparse con los bandos en liza. La que hay es una guerra salvaje.Uslar Pietri no se va con medias tintas al representarla, pero tampoco hace de su novela libelo acusatorio ni folletín propagandístico. Lejos de formular discursos aleccionadores, se aplica a enfocar la lente en la violencia desatada, en la que los personajes no sirven más que de peones.


Edición recomendada 
Nº de páginas: 304 págs. 
Editorial: Cátedra
Lengua: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda 
ISBN: 9788437612034 
Año edicón: 1993 
Plaza de edición: Madrid


El autor
Novelista venezolano cuyo interés por su país queda claramente reflejado en su obra narrativa y en su actividad política. Es Doctor en Ciencias Políticas y Económicas y ha sido ministro de Educación (1939-1941) y de Hacienda (1939-1941) y redactor de la Ley de Educación de su país conocida como "Ley Uslar Pietri" (1940). Con el derrocamiento del presidente Medina fue encarcelado y desterrado a Estados Unidos. A su regreso a Venezuela, en 1958, de nuevo es detenido por el dictador Pérez Jiménez. En 1963 fue candidato a presidente de la República. Es miembro numerario de diversas Academias, entre ellas la de Lengua; ha conseguido grandes premios entre ellos el Premio Nacional de su país en 1954 y el Príncipe de Asturias de las letras en 1990. La novela histórica Las lanzas coloradas (1931) representa a la perfección sus primeras obras. En ella, con el fondo de la guerra de independencia de Venezuela, describe los acontecimientos de ese periodo a través de las experiencias de un propietario agrícola simpatizante de Simón Bolívar y de un capataz que apoya la causa de los españoles. El rechazo del autor venezolano a transmitir mensajes sencillos y a estructurar su obra con fines didácticos, la hace especialmente poco convencional. Una novela posterior, Un retrato en la geografía (1962), es un original retrato a la sociedad venezolana que consigue transmitir al lector la alienación humana a través de las impresiones que un prisionero político recién liberado va haciendo del nuevo paisaje social que encuentra a su salida de la cárcel. Publicó también una colección de relatos breves, Treinta hombres y sus sombras, en 1949. Uslar Pietri ha cultivado también el ensayo literario como Breve historia de la novela hispanoamericana (1955). Premio Príncipe de Asturias en 1990 y Rómulo Gallegos en 1991. © eMe



Texto seleccionado
Viene. Aquel hombre que lo ha obsesionado. Que ha obsesionado toda la tierra de Venezuela. Está llegando. Va a pasar junto a él. Podrá verlo pasar a caballo. Haciendo un esfuerzo le verá la cara por entre las rejas del ventanillo.
“El griterío inunda las paredes, el techo, la sombra, y fatiga el delirio del herido. Siente el hervor de la sangre, de la sombra, de la tierra. Pasan como legiones de alas por el aire. Todo se estremece Comprende que está llegando algo que no a ver sino una vez en su vida. Afuera las voces llegan al paroxismo. Rueda, rueda y crece, crece como una rueda, y llega, llega. Se aproximan inminentemente. Resuenan junto a la pared. Llegan a la ventana. Estallan sobre ella.





12. Si te dicen que caí. Juan Marsé

Sinópsis
Es una de las obras más personales de su autor, pues, según el propio Marsé, al escribirla sólo pensaba en los anónimos vecinos de un barrio pobre que ya no existe en Barcelona, en los furiosos muchachos de la postguerra que compartieron con él las calles leprosas y los juegos atroces, el miedo, el hambre y el frío, en su propia infancia y adolescencia. La novela está compuesta por voces diversas, contrapuestas y hasta contradictorias, voces que rondan la impostura y el equívoco, que tejen y destejen una espesa trama de signos y referencias y un ambiguo sistema de ecos y resonancias. 


Edición recomendada
Nº de páginas: 336 págs. 
Editorial: Fondo de Cultura Económica de España
Lengua: Castellano
Encuadernación: Tapa dura 
ISBN: 9788437506289 
Año edicón: 2009 
Plaza de edición: Madrid


El autor
Escritor español,  considerado uno de los grandes narradores españoles contemporáneos, varias de sus novelas han sido llevadas al cine y en el año 2008 su carrera literaria fue reconocida al serle concedido el máximo galardón de las letras hispanas, el Premio Cervantes. 
Marsé nació en Barcelona en 1933 y creció entre sus calles que luego configurarían gran parte del universo de sus obras. Abandonó pronto los estudios formales para comenzar a trabajar como aprendiz en un estudio de joyería.
Dio sus primeros pasos literarios en la revista Ínsula, al mismo tiempo que continuaba con su trabajo en el mundo de la joyería. Con Encerrados con un sólo juguete, se presenta al Biblioteca Breve, donde queda finalista. 
Animado por Gil de Biedma Marsé se instala en París en 1960 y sigue trabajando en sus novelas mientras hace de traductor y trabaja como ayudante en el Instituto Pasteur. De vuelta a Barcelona tres años después, publicaría Últimas tardes con Teresa, ganador del Biblioteca Breve.
Decidido a ganarse la vida sólo con la literatura,  combina la narrativa con textos publicitarios y la escritura de diálogos para otros guionistas. Poco después tendría su primer encontronazo serio con la censura franquista al ser prohibida la publicación de Si te dicen que caí.
Logró una mayor popularidad a partir de los años 70 gracias a su colaboración con la revista Por Favor y se mantuvo a base de pequeños trabajos poco reconocidos hasta que en 1978 logra dar el salto a la primera línea de las letras con La muchacha de las bragas de oro, novela ganadora del Planeta.
Tras varios problemas graves de salud, lograría nuevos éxitos en la década de los 90 con títulos como El amante bilingüe -otra de sus obras llevadas al cine- o El embrujo de Shanghai, libros que dieron el salto al mercado internacional con un gran éxito.
Con Rabos de lagartija logró un nuevo éxito de crítica y ya en la primera década de 2000 se recuperaron todos sus cuentos y relatos cortos.
Marsé ha recibido numerosos premios y galardones, como el Ateneo de Sevilla, el Nacional de la Crítica en 2001, el Juan Rulfo en 1997, el Cervantes en 2008, el Planeta de 1978 y el Biblioteca Breve de 1965, entre otros muchos.
 

Reseña de Antoni Munné, en El Viejo Topo, No. 2, noviembre, 1976.
"Hay libros que parecen decirlo todo, hasta lo más bajo y cruel; libros profundamente escatológicos, con la ambigüedad y bivalencia de este término en castellano: libros que hablan de nuestro destino hablando de nuestros excrementos físicos y morales. "Si te dicen que caí" es uno de estos libros asombrosos, que, repentinamente, nos enfrentan contra nuestra propia suciedad individual y colectiva. Ya no se podrá escribir la historia de nuestra posguerra sin hablar de este libro poético y cruel al mismo tiempo, un canto de amor desgarrado, un relato profundamente terrestre, repleto de sangre, de violencia, de sexo, cuya claridad raya en la insolencia, cuya crueldad nos habla de nuestra propia carne miserable". Rafael Conte en "Ínsula", No. 346, 1976?.
"Si te dicen que caí" supone, no diremos un techo, pero sí una cota importante en la génesis y el desarrollo que de la novela como proyecto tiene su autor. Yendo mucho más lejos que en sus anteriores obras, si bien recogiendo el fruto lógico de la conjunción de aciertos de todas ellas, Marsé construye un sugestivo y soberbio armazón (genuinamente apto para mantener el interés del lector) desde donde el argumento -motor fundamental en este tipo de estructuras narrativas- se desenvuelve sustancialmente dando pruebas de un dominio magistral del 'oficio' -la elaboración de la escritura- y aprovechando las valiosas enseñanzas de tipologías textuales tan dispares como las de la novela policiaca, el discurso erótico y la escritura cinematográfica.


11. Violín y otras cuestiones. Juan Gelman

Sinópsis
Violín y otras cuestiones (1956). Publicado con el sello de Gleizer, que treinta años antes había editado algunos de los primeros libros de Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges y Raúl González Tuñón, llevaba precisamente un prólogo de Tuñón, una decisiva influencia en aquel primer Gelman, junto con el peruano César Vallejo. De Tuñón parecen provenir la atención hacia la ciudad, la preocupación política y un lirismo intenso que carga de matices mágicos la realidad cotidiana, y de Vallejo, la aptitud para arraigar la escritura poética en la fuerza y la soltura de la lengua hablada, librándola de solemnidades y exquisitismos. Por los caminos que abre, tanto en la temática como en la actitud espiritual y en el trabajo con el lenguaje, Violín y otras cuestiones puede considerarse el inicio de toda una corriente de la poesía argentina, que en su momento fue identificada con la "generación del 60". 


Edición recomendada 
Título: Otromundo. Antología 1956-2007
Nº de páginas: 248 págs
Editorial: Fondo Cultura Económica 
Lengua: Castellana
Encuadernación: Tapa dura 
ISBN: 9788437506 
Año edicón: 2007 
Plaza de edición: México


El autor
Juan Gelman Burichson. (Buenos Aires, 3 de mayo de 1930). Poeta, traductor y periodista argentino, está considerado como el poeta más importante de su generación. 
Hijo de emigrantes judíos ucranios, ejerce diversos oficios antes de dedicarse al periodismo. Por su actividad periodística y política vive en el exilio entre 1975 y 1988, residiendo alternativamente en Roma, Madrid, Managua, París, Nueva York y México. Durante su ausencia de Argentina llega a estar condenado a muerte por la dictadura argentina; sufre muy de cerca el drama de los "desaparecidos" cuando su hijo y su nuera pasan a formar parte de esta dolorosa lista. 
En su juventud colabora en el periódico Rojo y negro. Es uno de los fundadores del grupo de poetas "El pan duro" y es también secretario de redacción de Crisis, director del suplemento cultural de La Opinión y jefe de redacción de Noticias. También ejerce como traductor en la UNESCO. Desde 2007 colabora con el periódico de Buenos Aires, Página 1/2
Poeta adscrito al realismo crítico, consigue un estilo particular partiendo de un realismo crítico y del intimismo. Son constantes en su poesía la presencia de la cotidianeidad, el tono político, la denuncia y la indignación ante la injusticia.
De su producción poética conviene destacar Violín y otras cuestiones, El juego en que andamos, Velorio del solo, Gotán, Sefiní o Cólera Buey, así como Los poemas de Sidney West, Traducciones, Fábulas, Relaciones, Hechos y relaciones o Si tan dulcemente. Escribe Exilio en colaboración con el periodista argentino Osvaldo Bayer; otras de sus obras son Citas y comentarios, Hacia el sur, Composiciones, Carta a mi madre y País que fue será
La antología Pesar todo es galardonada con el premio de poesía José Lezama Lima, que concede la Casa de las Américas cubana. En 2005 publica una nueva antología, Oficio ardiente, que reúne poemas publicados a lo largo de casi cincuenta años y algunos otros inéditos.
En el ámbito musical escribe dos óperas, La trampera general y La bicicleta de la muerte,El gallo cantor y Suertes, y varios LP. dos cantatas,
A lo largo de su vida recibe numerosos galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de Poesía en 1997 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005; además tiene el título de ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
En 2007 obtiene el Premio Cervantes, considerado el galardón más importante de las letras hispánicas, y dos años después la Asociación de Poetas Chinos le otorga el Premio Antílope Tibetano.



Reseña de Horacio Amigorena en Gaceta Literaria N° 10, Buenos Aires, 1967. 


Después de una circunstancia literaria -la llamada del 40 que interpretamos con base en un común fracaso, ha llegado a nuestras letras un grupo de hombres dados a interrogar lo argentino en toda su desnudez y violencia, y en una actitud insospechable de cualquier otro compromiso que los impuestos por las exigencias de esa realidad.
La intuición poética, que precede en sus descubrimientos a la novelística y a la sociología, tiene en estos jóvenes una especial penetración: desde un planteamiento social al que obliga la realidad comunitaria, pretende captar la esencia vital del hombre argentino. Y a veces lo consiguen. Así lo testimonia el libro de Juan Gelman Violín y otras cuestiones.
No sé si Gelman se habrá propuesto alguna vez ser un poeta porteño, desentrañar este laberinto ciudadano tan retóricamente ennegrecido por poetas y ensayistas, para captarlo en lo que tiene de distinto. De cualquier manera lo consigue en una poesía civil de dramática tensión que conjuga a ritmo ya doliente, ya transidamente alegre de su "Trajín, ciudad y tarde buenos aires".
Todo que hacer poético supone una construcción de mundo: sobre el mundo dado estructura el poeta otro mundo a la medida de su desesperación y esperanza. Gelman lo integra con elementos de cercanía cotidiana, pero se lanza hacia horizontes más lejanos, quizá para no perecer en el juego existencial del hombre y el fluir de las cosas. Diríamos que pone alas a sus cosas, si las alas no estuvieran tan desprestigiadas en la lírica.
La ciudad parece pegarle a cada vuelta de esquina a un Juan empleado, compañero, padre y vecino del hombre, que pertrecha su ternura de crepúsculos y pájaros para “no ser fantasma”. En Buenos Aires se respira la irrealización por todos los poros de su geografía y el poeta puede sólo salvarse en la realización de su ser primordial a través de una poesía que actualice ritualmente ese ser, descubriendo -en este caso- el escondido dinamismo que guarda la ciudad.
Así, Gelman desde los primeros poemas del libro se asoma por la transparente mirada del niño fundamental que en definitiva es. Tienen estos primeros poemas un auténtico intimismo de deambular solitario y tarde porteña.
Juan habrá querido tener en su infancia soñadora un violín, porque es la melodía de este violín que quizá nunca llegó a sus manos el eco melancólico de un caminar que a cada paso tropieza con el asombro. Melodía conseguida armónicamente en poemas como El caballo de la calesita, que en su girar -o sea, su contar - dibuja el perfil de Buenos Aires en vivo contrapunto de luces y sombras, creando el ámbito mágico que mejor conviene a la espontaneidad de lo vivo.
Una nota rara a la poesía actual da la tónica de Gelman: su pureza, que consiste en un modo inocente de interrogar a las cosas, a los hombres y a los hechos. Juan se pregunta asombrado por los dolores del hombre, de un hombre concretamente vivo, por sus mínimas penas que sin embargo lo desnudan de cuerpo entero. Es la suya una pregunta casi última que sólo espera la respuesta de fondo. Y cuando Gelman se responde comprendiendo la problemática existencial por el sentido, hace una poesía hermanente, de una adánica alegría que vence raigalmente toda angustia y congoja. Pero en otros poemas se responde por las causas de esa problemática, ya nuestro entender pierden estos versos la calidez que trasmite su mundo poético cuando está informado por el diario latir de sus cosas más cercanas.
Agregamos que es Gelman autor de un feliz hallazgo: unos versos desde siempre perennes en todo poeta y que seguramente los habrá recogido de algún rincón triste y cordial de su alma. No nos resignarnos a callarlos: "¡Quién pudiera agarrarte por la cola magiafantasmanieblapoesía! ¡Acostarse contigo una vez sola y después enterrar esta manía! ¡Quién pudiera agarrarte por la cola!" .


Poesía seleccionada
Estoy sentado como un inválido en el desierto de mi deseo de tíMe he acostumbrado a beber la noche lentamente, porque sé
que la habitas, no importa dónde, poblándola de sueños.
El viento de la noche abate las estrellas temblorosas en mis manos,
que aun no se conforman, viudas inconsolables de tu pelo.
En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste y a
veces les daría la libertad que exigen para volver a tí, con el
helado filo del cuchillo.
Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en mí,
que si me muero a tí te moriría.

10. Fortunata y Jacinta. Benito Pérez Galdós

Sinópsis
Subtitulada Dos historias de Casadas, extensa novela publicada en 1887. La novela Fortunata y Jacinta está considerada la narración más importante en lengua española después del Quijote. Ninguna obra española de los siglos XIX y XX refleja mejor que ésta el momento en que la clase media, la burguesía, tomaba parte fundamental de la vida social y asumía el control político de la nación, al tiempo que Madrid, protagonista indiscutible de la obra, adquiría el perfil de una urbe moderna. Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) recoge en su obra cumbre el palpitar de una época, sus movimientos anímicos, tejiendo una visión de la conciencia humana proveniente de las ideas psicológicas dominantes en el siglo XIX. Fortunata y Jacinta debe ser entendida como un magnífico panorama de costumbres de a España decimonónica en el que la complejidad interior del individuo -su alma- se entremezcla con la descripción detallada -no exenta de crítica- de una sociedad en constante progreso.


Edición recomendada
Nº de páginas: 1280 págs
Editorial: Espasa-Calpe
Lengua: Castellano
ISBN: 9788467033984 
Año edicón: 2010 
Plaza de edición: Madrid



El autor
Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 – Madrid, 4 de enero de 1920). Escritor español, representante de la novela realista española del siglo XIX. Académico de la Real Academia desde 1897 y nominado al Premio Nobel en 1912.
Estudia en el Colegio de San Agustín de su ciudad y colabora en el periódico local El Ómnibus. Al terminar sus estudios en 1862, se traslada a Tenerife para estudiar el Bachiller en Artes, y posteriormente se marcha a Madrid para estudiar Derecho. Allí acude a las tertulias del Ateneo y los cafés Fornos y Suizo, donde frecuenta a intelectuales y artistas de la época. Escribe en los diarios La Nación y El Debate.
En 1873 inicia la publicación de la primera serie de los Episodios Nacionales con Trafalgar. Su popularidad ante los lectores durante la decada de los 90 va creciendo con su segunda serie de los Episodios nacionales. Aparte de Madrid, Galdós pasa largas estancias en su casa de Santander, conocida como “San Quintín”.
Viaja por Europa como corresponsal de prensa, conociendo así corrientes literarias del momento como el realismo y el naturalismo. Su obra tiene influencias de los franceses Honoré de Balzac, Émile Zola, Gustave Flaubert y el inglés Charles Dickens, entre otros.
Aficionado a la política, se afilia al Partido Progresista de Sagasta y en 1886 es diputado por Guayama (Puerto Rico) en las Cortes. En los inicios del siglo XX ingresa en el Partido Republicano y en las legislaturas de 1907 y 1910 es diputado a Cortes por Madrid por la Conjunción Republicano Socialista; en 1914 es elegido diputado por Las Palmas.
Galdós es uno de los autores más prolíficos de su generación, tanto en novela como en teatro.


Texto seleccionado
Iba Jacinta tan pensativa, que la bulla de la calle de Toledo no la distrajo de atención que a su propio interior prestaba. Los puestos a medio armar en toda la acera desde los portales a San Isidro, las baratijas, las panderetas, la loza ordinaria, las puntillas, el cobre de Alcaraz y los veinte mil cachivaches que aparecían dentro de aquellos nichos de mal clavadas tablas y de lienzos peor dispuestos, pasaban ante su vista sin determinar una apreciación exacta de lo que eran. Recibía tan sólo la imagen borrosa de los objetos diversos que iban pasando, y lo así porque era como si ella estuviese parada y la pintoresca vía se corriese delante de ella como un telón. En aquel telón había racimos de dátiles colgados de una percha, puntillas blancas que caían de un palo largo, en ondas, como los vástagos de una trepadora; pelmazos de higos pasados en bloques; turrón en trozos como sillares, que parecían acabados de traer de una cantera, aceitunas en barriles rezumados; una mujer puesta sobre una silla y delante de una jaula, mostrando dos pajarillos amaestrados. Y luego, montones de oro, naranjas de seretas y hacinadas en el arroyo. El suelo, intransitable, ponía obstáculos sin fin, pilas de cantaros y vasijas ante los pies del gentío presuroso, y la vibración de los adoquines al paso de los carros parece haber bailar a personas y cacharros.  Hombres con sartas de pañuelos  de diferentes colores se ponían delante del transeúnte como si fueran a capearlo. Mujeres  chillonas taladraban el oído con pregones enfáticos acosando al público y poniéndole en la alternativa de comprar o morir. Jacinta veía las piezas de tela desenvueltas en ondas a lo largo de todas las paredes, percales azules, rojos y verdes, tendidos de puerta en puerta, y su mareada vista le exageraba las curvas de aquellas rúbricas de trapo. De ellas colgaban, prendidas con alfileres, toquillas de los colores vivos y elementales que agradan a los salvajes. En algunos huecos brillaba el anaranjado, que chilla como los ejes sin grasa;  el bermellón nativo, que parece rasguñar los ojos;  el carmín, que tiene la acidez del vinagre; el cobalto, que infunde ideas de envenenamiento; el verde de panza de lagarto, y ese amarillo tila que tiene cierto aire de poesía mezclado con la tisis, como en la Traviatta. Las bocas de las tiendas, abiertas entre tanto colgajo, dejaban ver el interior de ellas tan abigarrado como la parte externa; los horteras, de bruces sobre el mostrador, o vareando telas, o charlando. Algunos braceaban, como si nadasen en un mar de pañuelos. El sentimiento pintoresco de aquellos tenderos se revela en todo. Si hay una columna en la tienda la revisten de corsés encarnados, negros y blancos, y con los refajos hacen graciosas combinaciones decorativas. 


9. El hereje. Miguel Delibes

Sinópsis
Dedicada a "Valladolid, mi ciudad", la por ahora última novela publicada por M. Delibes, es, en sus propias palabras, la más "ambiciosa y compleja" de cuantas ha escrito.
El mismo año en que Lutero provoca el cisma de la Iglesia Romana, 1517, nace en Valladolid Cipriano Salcedo, hijo de un comerciante en lanas y comerciante y fabricante de ropas él mismo, que por razones más sentimentales y afectivas que de conciencia, se adhiere a la secta protestante fundada y dirigida en Valladolid por el Doctor Cazalla. La Inquisición corta de raíz este cisma, y condena a la hoguera a sus seguidores, entre ellos a Cipriano Salcedo.
La peripecia humana y espiritual de este hombre honesto -un perdedor más de la galería de personajes delibeanos-, sirve a Delibes para trazar una recreación magistral del Valladolid de la época de Carlos I, de sus gentes y costumbres, de la agitación política y religiosa del momento y, sobre todo, de la lucha del ser humano por alcanzar la verdad y por defender a toda costa su libertad de conciencia.


Edición recomendada 
Nº de páginas: 432 págs
Editorial: Destino
Lengua: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda 
ISBN: 9788423340873 
Año edicón: 2008 
Plaza de edición: Barcelona


El autor
Miguel Delibes Setién. (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - Valladolid, 12 de marzo de 2010). Novelista español. Doctor en Derecho y catedrático de Historia del Comercio; periodista y, durante años, director del diario El Norte de Castilla.
Su sostenida labor como novelista se inicia dentro de una concepción tradicional con La sombra del ciprés es alargada, que obtiene el Premio Nadal en 1948.
Publica posteriormente Aún es de día (1949), El camino (1950), Mi idolatrado hijo Sisí (1953), La hoja roja (1959) y Las ratas (1962), entre otras obras. En 1966 publica Cinco horas con Mario y en 1975 Las guerras de nuestros antepasados; ambas son adaptadas al teatro en 1979 y 1990, respectivamente. Los santos inocentes ve la luz en 1981 (y es posteriormente llevada al cine por Mario Camus); más adelante publica Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y Coto de caza (1992), entre otras.
Su producción revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. La visión crítica -que aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera- alude sobre todo a los excesos y violencias de la vida urbana.
Entre los motivos de su obra destaca la perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales, la rememoración de la infancia (por ejemplo en El príncipe destronado, de 1973) y la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la literatura.
Delibes es también autor de los cuentos de La mortaja (1970), de la novela corta El tesoro (1985) y de textos autobiográficos como Un año de mi vida (1972). En 1998 publica El hereje, una de sus obras más importantes de los últimos tiempos.
Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española, obtiene a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991) y el Premio Miguel de Cervantes (1993), entre otros.



Crítica literaria de Juan Manuel González (Delibros)

Esta obra es su texto más extenso y supone su primer acercamiento a la novela de ambientación histórica. Los hechos y protagonistas narrados están basados en hechos reales y cuenta el proceso y ejecución de un grupo de reformistas en el Valladolid de la Contrarreforma. A través de las peripecias vitales y espirituales de Cipriano Salcedo, Delibes dibuja un retrato de la Valladolid de la época de Carlos V.
El mismo año en que Lutero provoca el cisma de la Iglesia Romana, 1517, nace en Valladolid Cipriano Salcedo, hijo de un comerciante en lanas y comerciante y fabricante de ropas él mismo, que por razones más sentimentales y afectivas que de conciencia, se adhiere a la secta protestante fundada y dirigida en Valladolid por el Doctor Cazalla. La Inquisición corta de raíz este cisma y condena a la hoguera a sus seguidores, entre ellos a Cipriano Salcedo.
La peripecia humana y espiritual de este hombre honesto -un perdedor más de la galería de personajes delibeanos-, sirve a Delibes para trazar una recreación magistral del Valladolid de la época de Carlos I, de sus gentes y costumbres, de la agitación política y religiosa del momento y, sobre todo, de la lucha del ser humano por alcanzar la verdad y por defender a toda costa su libertad de conciencia.
Pero El hereje es también (o quizás sobre todo) una indagación sobre las relaciones humanas, es la historia de unos hombres y mujeres en lucha consigo mismos y con el mundo que les ha tocado vivir.
“El hereje es una novela en la que Delibes ha condensado buena parte de sus ideas y de las técnicas pulidas a través de su largo itinerario narrativo. Retoma su tradicional preocupación por la observación y defensa de los humillados y ofendidos, de aquellos que en toda latitud y en todo siglo son víctimas del poder, la incomprensión o la intolerancia. Y en esta línea, tal vez El hereje sea una gran metáfora universal, por encima del tiempo y del espacio, que entronca directamente incluso con alguno de los aspectos más sectarios y tristes de nuestro presente.
Esta intencionalidad ética relaciona esta novela con el resto de su obra, a la que también une la calidad y profundidad del trabajo estrictamente literario. Sin embargo, El hereje se diferencia y adquiere perfiles muy propios por al menos tres razones: es una novela histórica de una pieza, toma al maridaje entre la religión y el poder como uno de los ejes narrativos, y ofrece unos ribetes erótico-sociales poco frecuentes en el quehacer de Delibes. Género difícil, la novela histórica encuentra así un hueco en el patrimonio de nuestro escritor, y lo hace sin fisuras, siguiendo un modelo casi clásico; mientras la crítica de la coyunda política-religión se dibuja clara, y las contradicciones de la conducta social, la doble moral y la inclinación a las pasiones poco confesables son manejadas literariamente sin rebozo, por un autor siempre poco dado a los cuadros naturalistas.
Evidentemente hay más cosas en los hermosos y sopesados párrafos de El hereje, tanto en el ámbito de lo narrativo como en el fondo conceptual y reflexivo de esta novela. Entre otras, el cincelado de los personajes principales –la mayoría abocados a la traición o la cobardía-, la casi inexistencia de anacronismos en la expresión, y la percepción de que sólo la cultura, su extensión y profundización, pueden frenar el sectarismo, la represión, el miedo y el autoritarismo.
Pero esa meditación plural no se realiza dentro de un discurso desabrido, didáctico o deslizado hacia lo ensayístico, sino que tiene lugar en un molde argumental atractivo, rebosante de elementos propios de la narración y además expresado con un lenguaje lustrado, exacto, antiguo mas no arcaico, que sin necesidad de forzar a la magín –y sin raer de la memoria- nos reafirma una vez más que Miguel Delibes es garantía viva de la lengua castellana”



Texto seleccionado
Desde lo alto del borrico, Cipriano divisó las hileras de palos, las cargas de leña, a la vera, las escalerillas, las argollas para amarrar a los reos, las nerviosas idas y venidas de guardas y verdugos al pie. La multitud apiñada prorrumpió en gran vocerío al ver llegar los primeros borriquillos. Y al oír sus gritos, los que entretenían la espera a alguna distancia echaron a correr desalados hacia los postes más próximos. Uno a uno, los asnillos con los reos se iban dispersando, buscando su sitio. Cipriano divisó inopinadamente a su lado el de Pedro Cazalla, que cabalgaba amordazado, descompuesto por unas bascas tan aparatosas que los alguaciles se apresuraron a bajarle del pollino para darle agua de un botijo. Había que recuperarlo. Por respeto a los espectadores había que evitar quemar a un muerto. Luego, alzó la cabeza y volvió la vista enloquecida hacia el quemadero. Los palos se levantaban cada veinte varas, los más próximos al barrio de Curtidores para los reconciliados, y, los del otro extremo, para ellos, para los quemados vivos, por un orden previamente establecido: Carlos de Seso, Juan Sánchez, Cipriano Salcedo, fray Domingo de Rojas y Antonio Herrezuelo.